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lunes, 25 de agosto de 2014

Cansada...

Hace mucho que no escribo aquí y la verdad... empiezo a arrepentirme.  Puede que me haya guardado muchas cosas en estos dos meses, y eso me esta matando. La verdad, nunca pretendí que esto fuera un blog triste o frustrante, pero es lo que parece.
Me he cansado de la vida, de mi vida. Realmente no es que no me emocione por nada, pero son tan puntuales las veces que lo hago, tan excepcionales, que me paso la mayor parte del tiempo como si algo me aprisionara contra la cama o el sillón.  Estoy cansada de que me den largas y de darlas yo. Estoy cansada de pedir siempre disculpas, ya sea aquí (MI blog, para MI, ya que nadie lo lee) o con la gente de verdad. Estoy tan cansada de la familia de mi madre, tan cansada de que no todo me salga como yo pensaba, ya no me hace falta que salga bien, solo que salga, que llegue a alguna parte. Estoy cansada de tener que dar explicaciones y que se cabreen si no las doy. Estoy cansada de ayudar, de explicar,  de entender, de comprender, de responder, de aplazar mis planes y de sentirme culpable si no puedo hacerlo. Necesito cambios.  Estoy cansada de la vida. De MI vida. Pero tranquilos,  esto no es una carta suicida,  solo las quejas de una adolescente de 16 años.

sábado, 28 de junio de 2014

Divergente, Insurgente y Leal.

Hace unos meses me leí la trilogía de Verónica Roth, Divergente. De verdad que me ha encantado estos libros, son la cosa más perfecta del mundo, incluso desde cierto aspecto, hasta el final es perfecto.
A ver, empecemos por el final, ese polémico final. Intentaré no hacer spoilers.
Muchos habréis leído los libros y desde luego que he visto muchas, muchísimas criticas del final de la trilogía, la mayoría de ellas negativas y muy pocas positivas. Incluso, creo recordar que un chico dijo que cuando leyó el final sintió como si nunca hubiera leído el libro. En mi opinión, estaba de acuerdo con la mayoría de las criticas, sin embargo, ¿decir que era como si nunca lo hubiera leído? Jamás. Creo que es una trilogía que marca, y desde luego el que más, Leal. Leal te enseña muchísimas cosas, entre ellas el amor familiar, la madurez del personaje, el sacrificio... Desde el punto de vista de la madurez del personaje y su evolución, no habría otro final. Sin embargo, se me ocurren un millón de finales mejores y menos dolorosos. Sinceramente yo me pase 2 horas llorando y cada vez que veo algo relacionado con el final, se me rayan los ojos y a veces incluso vuelvo a llorar. Pero es por eso, porque es un final muy doloroso y la trilogía marca muchísimo si te interesa y te metes bien en el libro.
Desde luego, no estoy de acuerdo ni con la autora ni con algunos de los fans, cada persona tiene su propio punto de vista y con distintos matices y mi opinión respecto el final, realmente es bipolar. No me gusto el final, pero creo que el final que podría a ver tenido... Era merecido para todos los personajes, pero no sé si todos hubiéramos estado de acuerdo.
De resto, la historia me ha enamorado. Tris y Tobias... puff quiero un Tobias para mi jajajajaja. Desde luego es una historia que te mantiene pegada al libro y que no quieres que acabe... o bueno, si, pero solo para acabar con la angustia que te entra al empezar una guerra tras otra y que ellos estén siempre en medio. Llega un momento en el que te dan ganas de decir "¿Por qué no los matáis a todos y punto?" o "Suicidaros ya". Además, no es una historia en la que los protagonistas están todo el día juntos y parecen que han perdido la perspectiva de la vida y que solo son ellos dos en el mundo. Es una relación sana, en el que cada uno tiene su vida aparte de la pareja. Sin embargo he de admitir, que me gustaría que hubieran pasado mas tiempo juntos. Sin embargo, recomiendo muchísimo estos libros.
                                     

lunes, 14 de abril de 2014

Relato 2: No volvió.

Llegó corriendo, como si todo en lo que creyera estuviera apunto de irse con ella. Todos llorábamos. Sabíamos que volvería en un par de meses de visita, pero ¿quién nos garantizaba que todo siguiera igual?. Definitivamente nada seguiría igual. Pero él llego corriendo. La cara de ella lo decía todo y hasta ahora había conseguido no llorar. Definitivamente ella era la más fuerte. Ya se había despedido de todos, salvo de él. No le quedaba nada mas que decir. Llegó corriendo por fin a ella.
-Quédate.-Dijo él.
Entonces ella nos miro a todos y se giró. Él miraba su espalda. Ella vuelve la cara y nos dice adiós. No es capaz ni de mirarle. Al final solo le queda correr. Corrió todo lo que pudo hasta la puerta de embarque. Corrió todo lo que pudo para que él no la alcanzara. Necesitaba intentarlo. O simplemente correr. No quería que la viéramos llorar y se fue con un "te quiero" pegado a la boca.
Por su parte, a él no le quedaba más que seguir adelante. Sin embargo y para sorpresa de todos, cayó de rodillas. Sin llorar, simplemente no sabia que hacer. Se tapo la cara con las manos, se levanto y se fue, dejándonos a todos atrás, incluida ella.
Todos los que quedamos allí nos reunimos en una piña y nos abrazamos todos juntos, como si ella siguiera allí, pero allí ya solo quedábamos nosotros. Salimos todos juntos, cogimos el autobús y nos fuimos a tomar algo, simplemente por el miedo de quedarnos solos. Después de unas horas juntos, fuimos todos otra vez a la estación, simplemente para despedirnos. No nos quedaba nada mas que hacer juntos. Ya todo había terminado. Nos despedimos de la gente con la que sabíamos que tardaríamos en volver a ver o hablar. 4 meses, quizás un año. Volvimos a abrazarnos, hicimos promesas que la mayoría no cumpliría y allí nos separamos. Nadie supo nada de él en días. Todos supimos de ella.
Cuando llegó a Inglaterra, lo único que pudo hacer fue correr hacia su padre y abrazarlo. Nadie entendió nada, todo se lo guardo para ella.
Todavía no sabemos que fue mas duro, si el quedarnos allí sin ella, si su viaje en autobús de vuelta a la cuidad o si su viaje en avión hacia su nueva vida. Lo que si sabemos es que no fue fácil para nadie. Y que ya nada siguió como antes.

miércoles, 2 de abril de 2014

"X"

"X" puede significar lo que quieras. Una persona, un momento, una sonrisa, una palabra, una cosa, una cantidad de cosas, un suspiro, un beso, una caricia, un número, una letra, una fecha, un abrazo, un "te extraño" o un "ábreme la puerta, estoy aquí".
Puede significar un nombre, un seudónimo, un acrónimo, un apodo, un recuerdo, un gesto, una historia corta, un amor no correspondido, un amor correspondido...
"X" puede ser infinidad de cosas, pero al fin y al cabo, "X" es algo importante, algo que no podemos ni queremos olvidar.
"X" es "X".

¿Que quieres que te diga?

¿Qué quieres que te diga?
¿Qué te echo de menos?
¿Qué echo de menos hablar contigo cada noche antes de irme a dormir, 
que me des las buenas noches, que me des los buenos días?
¿Qué echo de menos que vayamos caminando de la mano, 
que de repente me mires y me sonrías?
¿Qué echo de menos como me mirabas porque hacías que me sintiera lo mejor del mundo?
¿Qué echo de menos todas las risas?
¿Qué echo de menos que me digas te quiero, como si eso fuera lo mas sagrado?
¿Qué echo de menos nuestro saludo "especial"?
¿Qué echo de menos que me abraces después de cada beso?
¿Qué echo de menos cada beso?
¿Qué echo de menos todo?
¿Qué no te echo de menos porque ya lo estaba haciendo?
¿Qué no te echo de menos porque no noto diferencia entre estar contigo y sin ti?
¿Qué quieres que te diga que nos nos haga daño?, 
si no puedo decirte "Hola" sabiendo que no será lo mismo,
si no puedo decirte "Adiós" porque sé que ya te lo he dicho.
¿Qué quieres que te diga?



Traición:

Si mi vida fuera un libro y cada año de mi vida fuera un capitulo, a este año de mi vida lo llamaría "Traición".
No paro de ver traiciones, de verme implicada en ellas, no como participe, sino como informadora de ellas, y sobre todo, no paro de ser traicionada.
Es increíble como un gesto, un mensaje, una mirada, un sticker o un simple suspiro proveniente de una persona en un momento dado puede hacerte sentir tan inferior, tan débil, tan desprotegida, tan sola...
Como cuando ves que mientras hablas con tu mejor amiga, ella le echa una mirada a alguien. Esa mirada te insinúa aburrimiento, indiferencia a lo que le estas contando, preferencia por la persona a la que mira. Simplemente esa mirada hace que te replantees todo.
Esto demuestra lo baja que puede el ser humano tener la autoestima.
Definitivamente, "Traición" seria el nombre ideal.

sábado, 15 de marzo de 2014

Relato 1: Te quiero.

Estaba decidida, esta vez le llevaría a parte y hablaría con él, esta situación no podía seguir así. Hace 4 años que me ignora y hace como si no me viera. Es extraño como antes me daba igual. Sin embargo, hace 4 meses que no paro de pensar en él y me empezó a molestar su antipatía hacia mi. No es que me insulte o me mire mal, ni siquiera me contesta mal. Simplemente no me contesta, no me mira y cuando lo hace parece que su mirara me atravesase como si fuera invisible y mirara lo que hay detrás de mi. 
Todos los veranos le pregunto a su mejor amigo y amigo mio de la infancia, si a él le pasa algo conmigo y siempre me responde lo mismo: No le pasa nada.
Sin embargo es obvio que me miente, sino no estaría en esta situación.
Llevo desde hace 4 meses queriendo hablar con él para solucionar todo esto y creo que es el momento.
Lo encuentro entre la gente, le toco el brazo y le pregunto "¿Puedo hablar contigo un momento?". Sin esperar a que responda tiro de él un poco y mientras le empiezo a explicar mi cabreo y desesperación (ocultando mis sentimientos hacia él), empezamos a caminar. Una vez he terminado de hablar me doy cuenta de que estamos a solas, dentro del edificio, sentados enfrente de la escalera del piso inferior, apoyados en la pared. Estoy sentada en el suelo con el costado apoyado en la pared y las rodillas en el pecho, me abrazo las piernas con los brazos, mientras termino de hablar. Él esta sentado frente a mi, con la espalda apoyada en la pared y las piernas estiradas. Tiene la mirada fija en las escaleras y esta serio. Es como si estuviese asimilando todo lo que le he dicho, como si intentara descifrar si hay algo mas tras mis palabras, como si hubiera temido ese momento todos estos años, sin embargo no responde. Así que le pregunto "¿qué te pasa conmigo?". Y antes de que me de cuenta estoy llorando. Lloro en silencio, como si llorara solo para mi. Entonces el me mira y abre los ojos como platos al verme así. Él gira la cabeza y mira el vaso que tiene en las manos y yo me doy cuenta de todo. Me doy cuenta de que me mira como si lo supiera todo sobre mi, como si de pronto hubiera leído en mis lagrimas todo lo que no fui capaz de decirle a la cara. Todo lo que siento por él. Por fin habla y me dice "Nunca logre olvidarte y sin embargo tu, me olvidaste como si nada hubiera pasado." Y yo le contesto "No me has vuelto a preguntar sobre lo que siento por ti". Entonces me vuelve a mirar, pero esta vez veo algo diferente en sus ojos. Agarra mi cara entre sus manos y me besa. Se para, apoya su frente en la mía y susurra en mis labios "te quiero". 
De repente me despierto. No estoy en las escaleras con él. No me acaba de decir te quiero. Estoy en mi cama, abrazada por mis sábanas mientras yo abrazo mi almohada. Me levanto, me visto, desayuno y voy al instituto. Al bajar al piso inferior para ir a mi clase, miro aquel lugar, enfrente de las escaleras, donde hace apenas unas horas me acababa de decir esas dos palabras. Dejo las cosas en mi clase y salgo a hablar con mis amigos de la clase de enfrente y entonces sale él de esa clase, pasa enfrente de mi y se coloca a mi lado. Pero no me mira, no me habla. Simplemente no existo.